Ha costado muchos discos y muchas canciones, muchos años y decepciones. Frentes pro-separación de Weezer (algunos fans americanos promulgaron la iniciativa medio en broma medio en serio) y runrunes de todo tipo, pero finalmente, Weezer vuelven a editar un disco más que aceptable.

Cinco años sin hacer nada y de repente…… ale hop, dos discos seguidos (y el tercero grabándose ya…). Este «Maladroit» sigue un poco la senda del green album en cuanto a que se trata de canciones tremendamente directas y sencillas.

Cuando ya todo el mundo daba por muertos y enterrados a Weezer, surgió la noticia de q la banda volvía a la actividad haciendo la gira americana del Warped Tour. La respuesta, tanto del público como de las propias bandas con las que compartían el cartel fue asombrosa y poco se tardó en poner la maquinaria en marcha con el fin de facturar este álbum.

Tras el éxito cosechado con el álbum de debut existía cierta expectación por ver si el grupo podía continuar con su brillante trayectoria, o si bien, como ocurre en muchos casos, la presión podía con ellos.

A mediados de los 90, en plena avalancha grunge apareció Weezer, y su carta de presentación en forma de este álbum debut no podía ser más espectacular. Un estilo fresco y novedoso consistente en combinar rock alternativo, influencias de los grupos vocales de los 50 y 60 y una imagen de pardillos de instituto americano flipante.