Entrevista: Natas

NatasTranscripción de la entrevista a Sergio Chotsourian, guitarrista de Natas, para el programa de radio Planeta Infierno (http://www.planetainfierno.es.vg/) de Neuquén, Argentina.

Natas (http://www.natasrock.com/) son:
Sergio Chotsourian – Guitarras y Voces
Walter Broide – Batería, Percusión y Voces
Gonzalo «El crudo» Villagra – Bajo

El viernes 20 de junio, NATAS estuvo tocando en Neuquén Capital (Argentina). Se presentaron en el escenario de Porticus precedidos por los locales I.L.H., que aprovecharon para presentar los temas de «Mascareta», su primera producción independiente.

NATAS subió tipo 2 de la mañana ante un local colmado. Profesionales; colgados en largas zapadas, fueron desgranando a través de más de dos horas y media los temas de «Ciudad de Brahmán» y de «Corsario Negro». Sin demasiada iluminación, sobre un fondo de proyecciones psicodélicas, la banda sumergió a la audiencia en un clima muy particular; todo un viaje realmente, donde no faltaron picos de explosión en los que el trío se multiplica por dos.

«Esa batería parece de la época de Pappo`s Blues», me decía algún músico amigo en referencia al kit de Walter Brodie con solamente cuatro cuerpos y platos a media altura. El despliegue de W. Brodie es realmente cosa seria. Un bajo (Gonzalo Villagra) con muchos dedos y pedal; y la maestría de la guitarra de Sergio Chotsourian marcando el rumbo y pitando el paisaje.

Para los que no estaban familiarizados con el género, lo de Natas fue una especie de ceremonia iniciática. Los del palo, sabían a lo que iban y acompañaron la ceremonia con hierba santa… La banda se bajó de las tablas con una ovación y un prolongado aplauso. Merecido.

Esa misma tarde tuve la oportunidad de entrevistar al violero Sergio Chotsourian. Una entrevista no con la profundidad que yo hubiese deseado, la organización había comprometido la presencia de la banda en varios medios y el reloj apuraba un tanto. De todos modos lo esencial quedó capturado en la cinta. Aquí un resumen de la nota que hice para el programa Planeta Infierno.    

>> Un viaje sin querer hacia el stoner. 

¿Cómo llegan a este sonido, a este estilo?, ¿El stoner fue una opción premeditada?

No, no. En realidad en nuestro caso fue algo muy curioso. El sonido de nuestra música se fue armando de a poco, con los elementos que a cada uno le gustaban.

Ustedes llegan ahí por una especie de casualidad…

Por una búsqueda interior de la personalidad nuestra, de lo que nos gustaba. Pero cuando comenzaron a salir nuestros discos afuera, después de que acá nos cansamos de tocar puertas, siempre haciendo la misma música pero era como que no encajábamos en ningún lado, nos empezamos a enterar que había como una comunidad de bandas que hacían cosas parecidas a lo nuestro en otras partes. No lo podíamos creer. Fue más que nada un asombro increíble, y muy agradecidos porque de repente había gente dándonos un lugar y respetando lo que hacíamos.    

>> Huyendo hacia América.    

¿Cómo surge la posibilidad de editar en Mans Ruin?

Acá nos cortaban el rostro en todos lados, en todos los medios. Fue dura esa época. Tirábamos algo muy oscuro a principios de los `90, con amplificadores crudos… y se nos ocurrió mandar nuestro material afuera. Sacando de algunos discos que a nosotros nos gustaban, Danzig, Suicidal Tendencies… Buscar el primer disco de Suicidal, a ver qué sello. Entramos a mandar y mandar. Un día, cuando creíamos que todo estaba perdido, sonó el teléfono y nos enteramos que al sello Mans Ruin, que era de San Francisco y que venía pisando muy fuerte allá, le había llegado una copia de copia de copia de copia de un cassette nuestro. Les había encantado y lo querían sacar en CD allá. Para nosotros fue increíble, de repente sello de afuera que quería editar a Natas en CD remasterizado…

Cambió la historieta…

Sí. Y nos enteramos que con ese disco habíamos entrado en lo que era la escena underground de costa oeste. Toda una cantidad de sellos, bandas, movidas. De repente se nos había abierto la puerta a un mundo. Ahí el disco primero («Delamar») anduvo bien. El sello lo sacó por todo su circuito y fue reseñado en revistas como Spin, Kerrang y otras. En esa época todavía no se hablaba de «stoner»; se hablaba de heavy psicodélico o de pesado volado… Tuvimos buena repercusión y a raíz de eso nos invitaron a grabar el segundo disco allá, en pleno momento top del sello, que fue «Ciudad de Brahmán». El sello estaba en un momento increíble así que fue mucha suerte; nos garparon todo y fuimos para allá. Grabamos «Ciudad de Brahmán» en cuatro días en un estudio hecho concha. El ingeniero fue Tim Green, que había laburado con los Melvins, con Fu ManChu y el productor fue Dale Crover, que fue el primer batero de Nirvana y también baterista de los Melvins; el tipo aportó todos sus equipos, su sonido, una humildad increíble y nos empezó a enseñar, nos tiró una onda. También nos dimos cuenta de que no sabíamos nada y que teníamos mil millones de cosas por aprender.

Y qué hay de los recitales, ¿por dónde giraron?

La primera vez hicimos un circuito corto por la costa oeste, diez shows con Nebula y empezamos a conocer a gente como nosotros que está haciendo esa música allá. Tuvimos una segunda visita en el 2000 que fue únicamente hacer giras con una banda del sello. Hicimos de Nuevo México a Canadá ida y vuelta por la costa y después por el desierto. Fueron treinta días a full durmiendo de repente debajo de la camioneta pero tocando todas las noches para un público muy copado.    

>> La aventura del Corsario.    

Y llega el momento del Corsario, que casi se hunde

Uhh!!, fue toda una cosa. El «Corsario Negro», nuestro tercer disco, iba a ser grabado en Detroit. Estábamos a punto de viajar, teníamos los pasajes, reserva de estudio, productor, listos para ir a Detroit y pasó lo de las torres y todo se fue al carajo y quedamos ahí en el pucho. Al final hicimos la gran Argentina, contactamos una gente de Europa que quería hacer la edición en vinilo, triangulamos ahí. Mandaron para Argentina a Billy Anderson, que lo habíamos conocido allá; un Tutankamon de las perillas que grabó a Mr Bungle, Ratos de Porao, Sick of It All, Fu Manchu. Con él hicimos «Corsario Negro». Quedamos más que satisfechos con el resultado final; un trabajo en el que volcamos todo lo aprendido hasta ahora.    

>> Viejo y noble vinilo.    

Tienen mucho material editado en vinilo

Me acuerdo como fue lo del primer vinilo. Llegó una vez un mail, cuando recién había salido el primer disco, y nos enteramos que había sellos en Europa que editan vinilos del estilo; nos llegó la propuesta para sacar «Delmar» en vinilo y yo no entendía nada. Si tenía claro que el sonido del vinilo es el que más me gusta de siempre; pero de repente editar nuestra música en vinilo yo no lo podía creer. Y ahí hicimos un tema especial de quince minutos, «El Gobernador», que fue nuestro primer vinilo; después aparecieron varios más.

¿Se fabrican acá los vinilos todavía?

Yo estoy tratando de ubicar alguna fábrica vieja, pero todavía no puede encontrar. Los mandan de Checoslovaquia y la mayoría de los vinilos son Europeos.

¿Sabes cómo es el costo de producción de un vinilo con respecto a un CD?

El doble por lo menos; más que nada por el tema de imprenta, ya la caja de cartón impresa vale más caro. Pero fue increíble por que a raíz de las propuestas de Europa empezamos a participar en compilados y tributos. Tenemos como quince compilados internacionales, tributo a Blue Cheer, a Hawkwind, a Aerosmith.    

>> En las bateas.    

Acaban de lanzar un compilado en estos días, ¿qué material reúne?

El «Corsario Negro» es nuestro disco bastión del momento, que salió hace un año y que está a la venta en todo el mundo en vinilo y CD; y acá en Argentina, por suerte, está en todo el país. Pero también acabamos de reciclar del sello Mans Ruin los primeros dos discos, «Delmar» y «Ciudad de Brahmán», que salieron en un recopilatorio doble editado por un sello europeo; y ahora acaba de salir acá también. Es un box set doble que se llama «Be Jesus»; además le agregamos los temas del primer vinilo, «El Gobernador». Y ahora está saliendo, también, en Finlandia un disco más conceptual que se llama «Toba», como los indios Toba, «Toba Trance». Son tres temas de más o menos veinte minutos cada uno; fue una propuesta del sello Finlandés, que además nos dejó en total libertad para hacer lo que quisiéramos. Y en vez de tirar otro disco rock decidimos descocarnos la neurona que nos quedaba haciendo algo muy relajado, con bombo leguero, charango, flauta dulce, algo bastante experimental y que no tiene mucho que ver con nuestros trabajos anteriores.    

>> Lo que se viene.    

Tendrán que respaldar estos discos con alguna gira

Sí. Lo más cercano es ir en octubre a Europa a presentar «Be Jesus» y «Toba Trance» para sus respectivos sellos de Francia y Finlandia. Arrancaríamos en Finlandia, en la ciudad de Pori que es donde está el sello, y nos hablaron de Alemania, Holanda, Francia y España. De vuelta en Argentina, en noviembre / diciembre tenemos Chile, que sería cuando volveríamos a Neuquén. Es algo que tenemos pensado para fin de año, hacer Mendoza y toda la zona oeste del país y después pasar a Chile.

O.K. Sergio; gracias por la onda. Sé que andan medio a las chapas y que todavía tienen que ir como a tres radios…

No, no, loco, gracias a vos. Quiero dejar un saludo de Natas para «Planeta Infierno», para todos sus oyentes; y que sigan con buena leche y música para el desierto de la Patagonia. 

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  • 31/12/2003
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