En sus inicios la banda había comenzado haciendo versiones de Black Sabbath, Deep Purple, Pink Floyd o Uriah Heep, entre otros, pero pronto empezaron a desarrollar su propia identidad, sobre todo a partir de que el guitarrista y vocalista Norbert Breuer comenzara a escribir letras en alemán enfocándose en temas como la explotación de los recursos naturales o los desmanes políticos de la sociedad de aquellos años. Así, en 1972 graban y editan su primer álbum con un título que pudo parecer provocador a muchos, …œconsejos para suicidarse…, aunque realmente detrás se perfilaba un cierto sarcasmo que ponía sobre la mesa su visión de una humanidad empeñada en destruirse.
Con un inicio a medio camino entre el tono operístico y la broma nos embarcamos en «Prologue» en un camino lleno de intensas guitarras y atmósferas fuertemente psicodélicas que los sitúa a medio camino entre el sonido de Uriah Heep, Jimi Hendrix o Hawkwind y el enfoque de Can, Cluster o Atlantis. «Requiem Dar Natur» profundiza en esa mezcla de voces líricas, guitarras y un hammond casi eclesial para crear ambientes lóbregos y ásperos, objetivo que consiguen a pesar o gracias a que este álbum se grabó completamente en directo en el estudio, así que pocos artificios vamos encontrar. La canción que da título al álbum tiene más en común con los primeros Pink Floyd, aquellos que consiguieron grandes cosas con pequeñas ideas muy bien estructuradas y aprovechadas. «Die Stadt» es otra cosa: un extraño comienzo acústico algo deslavazado que pronto se transforma gracias a un tremendo riff y un gran trabajo de bajo como motor principal del resto de la composición.
«In Memoriam» tiene otro de esos primeros segundos extraños, quizá por el uso de una afinación poco habitual o directamente porque no prestaron mucha atención al mantenimiento de sus instrumentos antes de grabar. Sea como sea, el resultado es uno de los mejores del álbum en una composición que avanza pausada mientras van desgranando improvisados solos hasta llegar a un crescendo final. En «Requiem Von Ende» podemos encontrar ciertos paralelismos con algunos trabajos de David Bowie, especialmente en la voz, aunque quizá esto se deba a que el propio Bowie buscó inspiración durante algunos años en el sonido que bandas como Necronomicon habían desarrollado años antes.
Se nota en todo momento que «Tips Zum Selbstmord» es una grabación austera, poco depurada y realizada con escasos medios técnicos. Pero todo eso se acompaña de una imaginación desbordante a la hora de desarrollar las canciones e incluso en algunos momentos ayuda a crear ciertas atmósferas terrosas y ariscas que son una parte importante del encanto de este disco.
Texto: Juan Manuel Vilches