Hace algunos años tuve la oportunidad de reseñar este disco, cuando aún era una novedad, y las impresiones que me dejó fueron muy buenas, pero ya entonces tenía todas las papeletas para pasar bastante desapercibido entre la enorme cantidad de nuevos lanzamientos que se suceden casi cada semana. Una banda que siempre había hecho death, y encima death mezclado con sonidos árabes y otras influencias y que para colmo son de la República Checa pues más o menos se podía intuir fácilmente que no iban a tener una gran repercusión, aunque cosas más raras se han visto…¦ Lo cierto es que ahora, casi seis años más tarde, efectivamente vemos que ha sido así y por ese motivo quizá haya llegado ya el momento de desempolvar un grandísimo trabajo como fue «Kro Ni Ka».
El álbum está compuesto por tan solo tres temas de larga duración. El primero, «Brighton (The Streets And The Pier)», dura veinticinco minutos y en una primera escucha parece una banda de jazz rock como tantas otras que, sobre una base melódica, va construyendo diferentes estructuras y melodías. Pero a medida que transcurren los minutos todo esto va mucho más allá de la mera improvisación más o menos inspirada y el desarrollo de la canción se nos acaba presentando casi como un ente vivo que va creciendo. A partir del séptimo minuto el tema da un giro hacia una estructura básica de solos de guitarra acelerados y a los pocos minutos vuelve a cambiar para convertirse en una mezcla de las anteriores partes.
«Declaration (The Marble Halls V)» comienza épica y con ciertos toques al folklore nórdico, especialmente por el tono de la voz que declama ahora frente a la forma de recitar mucho más natural de antes. Pronto, el tema se enfrasca en pasajes de teclados muy del gusto de Yes o Rush, al igual que el comienzo de la última pista, «Mezzocaine». Sin embargo, los desarrollos que el tema sigue más adelante nos muestran a las claras a una banda personal, en estado de gracia y con una visión muy clara de la composición. Las únicas voces que encontramos son apenas susurros en la mayor parte de las ocasiones, sin apenas melodía, y con un contenido más que interesante. Este trabajo se convierte en un disco especialmente embaucador si lo acompañamos de la lectura de las letras, que giran en torno a la vida nocturna de una ciudad. Además, el libreto tiene también unas magníficas fotos hechas por Krusty, bajista y vocalista de la banda.
Si Forgotten Silence ya eran antes de este trabajo una banda a tener en cuenta por sus inquietudes y continuas evoluciones en su sonido, con «Kro Ni Ka» consiguieron elaborar la que es casi con toda seguridad su mejor obra hasta la fecha. Uno de los mejores discos de rock progresivo que se han grabado en los últimos diez años, sin duda.
Texto: Juan Manuel Vilches