Abrieron la noche el cuarteto Bruises, que presentaban su primer EP, titulado …œParallel Portraits…. Disco editado por Hidden Track y Mama Vynila, dos de los pilares del subsuelo barcelonés, los cuatro jovenzuelos (¿qué edad tiene el cantante? Tremenda cara de bambino) dieron buena cuenta de lo que mejor saben hacer, es decir, darle cera al pop etéreo de cuerpo musculado. Más intensos y ariscos que en disco (cosa que ya me está bien), su pop de baja fidelidad gana enteros cara a cara gracias a su ímpetu juvenil y sus ganas de hacer ruido.
Resultaron ideales para calentar el ambiente a los protagonistas de la noche, Opatov. Los de Cerdanyola del Vallès, ahora en formato sexteto, siguen siendo, por lo menos para mí, uno de los mejores conjuntos del pop nacional. Lo han confirmado con su segundo disco, …œBotánica Oculta… (Famèlic/BCore), y lo siguen mostrando concierto a concierto. Ya son varias veces que he presenciado conciertos suyos, y su rollito psicodélico y espacial (especialmente acentuado en las canciones de su nuevo álbum), combinado con su garra garagera y guitarrera, desprende personalidad y muy buen hacer. Cosa muy de agradecer en un mundillo cada vez menos roquero y, por qué no decirlo, auténtico. Opatov siempre vuelan alto y en el Sidecar no hicieron una excepción.