Así que mi festival empezó con los de Kory Clarke, acompañado de la crew de españoles que le hacen de banda de acompañamiento en sus giras por la península y alrededores, y que pese a sonar bastante guarrindongo y excesivamente punkarra por momentos (mucho de ello lo tiene el nivel de ultracazalla de la voz de Clarke, líder espiritual de los Warrior Soul), sigue siendo un grupo que vale la pena ver en directo. Con pocos grupos me engorilo más que con ellos y sus descargas de acid metal punk como …œSalutations from the ghetto nation…, …œCharlie…™s out of prison…, …œTrippin…™ on ecstasy… o …œThe Drug…. Nadie se acordará de ellos cuando hayan muerto, pero coño, cada vez que los veo en directo salgo reafirmado en mis principios. Que ahora mismo no sé cuáles son. Lástima que no tocaran …œShuck…™em down…, pero cuando los …™77 salieron a escena, se le quitan a uno las tonterías. No sé si será el mejor conjunto del rock español del momento, pero os aseguro que a mí siempre me lo hacen creer cuando los veo en directo. Arrolladoramente groovies, presentando varios temas de su casi estrenado tercer disco, …œMaximum Rock n…™Roll…, y con un repertorio que incluyó pelotazos de hard rock boogiemacarra marca de la casa como …œBig smoker pig…, …œGive me a dollar… o …œHigh decibels…. Y, como siempre en estos cuatro melenudos mozos, dándolo todísimo en el escenario. Imposible no salir contento de un concierto de los …™77.
Texto: Andrés Derrick
Foto: Albert Escrig