The Hangmen – Cactusville (2019)

Que un grupo como The Hangmen siga todavía en activo y editando discos únicamente puede calificarse de milagro. De acuerdo que ya prácticamente nadie se acuerda de ellos, aunque en su momento álgido (por llamarlo de alguna manera) tampoco es que llegaran a ser el grupo favorito de casi nadie. Y no es de extrañar, los de Bryan Smalls -único miembro estable del cuarteto junto a la fiel y felina Angelique Congleton– siempre han representado la parte más oscura de Hollywood. El reverso de las bandas de éxito que han ido yendo y viniendo desde final de los años 80 (que es cuando iniciaron su carrera The Hangmen), unos auténticos supervivientes de la escena punk angelina, y que siguen ejemplificando como nadie a los perdedores, a los perdidos, a los que les rompen el corazón cada dos por tres, y a los que por mucho que les digan «querer es poder», la realidad siempre les devuelve un buen capón en la cabeza.

8 años después de «East of Western»,y sin plan de marketing alguno, es más, diría que sin plan vital o musical alguno, The Hangmen editan este «Cactusville»; disco que pese a lo poco sorpresivo de su sonido (algo totalmente esperable, esperado, y deseado) continúa mostrando a un conjunto que sabe cuál es su terreno, sus virtudes y sus limitaciones.

Punk rock de botas camperas pero cada vez con más querencia por los medios tiempos envenenados (por aquí poco rock espídico encontramos ya), country de baja fidelidad y siempre macarrónico, y oscuridad rockera baladista en forma de lamentos marca de la casa.

Un disco ideal para estos oscuros tiempos en los que ya llevamos metidos unos cuantos años (con o sin virus mortales). Si The Hangmen han superado adicciones, maltrato de discográficas y desprecio del público mayoritario y siguen sacando discos y luchando por lo suyo, nosotros también saldremos de esta.