The Claypool Lennon Delirium – Monolith of Phobos (2016)

Esta es la historia de dos hermanos de diferentes padres, que vivían en extremos opuestos de un país que podría pasar a llamarse Trumpilandia en un futuro muy cercano. El mayor, Les Claypool, se haría un nombre como pieza clave de la experimentación musical a partir de los 90 desde la soleada California. El menor, Sean Lennon, un diletante de la cosmopolita Nueva York con mucho tiempo libre en sus manos, la genialidad en sus genes y un listón imposible de superar.

Dicen algunos que no se puede engañar al destino, por eso estos dos peculiares personajes acabaron cruzándose mientras uno presentaba su particular tributo a «Willy Wonka and the Chocolate Factory» y el otro giraba con su último proyecto, Ghost Of A Saber Tooth Tiger. Os podeís imaginar el brillo en los ojos de ambos cuando, medio en broma, alguien propuso la creación de un nuevo proyecto juntos. Un proyecto delirante, pero no tanto como podía apuntar su nombre. Para la locura y el caos que podrían haber desatado estos dos, «Monolith of Phobos», ha resultado ser un disco más moderado que Pablo Iglesias en la segunda vuelta de las elecciones.

Ambos han llegado hasta la delgada línea que separa la psicodelia y el rock progresivo de efluvios sesenteros, guiados por el omnipresente bajo del líder de Primus. Con letras que se inspiran en cosas tan ridículas como el monolito de Phobos del que hablaba Buzz Aldrin o el mono de Michael Jackson (del que Sean Lennon no debe ser muy fan después de que éste se quedara con parte de su herencia). Y drogas, muchas, pero todas de boquilla, porque pese a su cercanía a los desvaríos de Syd Barrett y la multitud de referencias en temas como mi favorita «Oxycontin Girl», el disco es tan sanote como Frank Zappa, otra de sus referencias.