Sprints – Letter to Self (2024)

Ya iba siendo hora de reactivarnos y escribir la primera crítica del año. Los agraciados han sido Sprints que, en una semanas flojas de estrenos, han sorprendido con su garage punk ruidoso y resultón, de aromas noventeros y con algún temazo que seguramente acabe en nuestra lista veraniega de hitazos. Además, nos ayudan a situar Dublín como un punto geográfico en ebullición musical, junto a grupos como Gilla Band (cuyo bajista ha hecho un trabajo excelente en la producción de este disco), Meryl Streek (tu próximo grupo de post punk favorito), Lankum y su folk innovador, los intensos The Murder Capital o los laureados Fontaines D.C.

Sprints se alejan del malismo y la desgana que rodea la mayoría del post punk actual con riffs brillantes, líneas de bajo sinuosas y una gran versatilidad vocal a cargo de Karla Chubb. La cantante, que participó en la franquicia irlandesa de «La Voz», decidió dar un vuelco a su estilo tras ver un concierto de Savages. El resultado, tras varios EPs y singles, ha sido «Letter to Self». En él, Chubb se abre en canal relatando sus traumas e inseguridades, fruto de crecer en una familia católica siendo lesbiana y tratando de ser aceptada mientras busca su sitio en el mundo. Un sentimiento casi universal con el que más de uno nos podemos sentir identificados.