Iggy and The Stooges – Ready To Die (2013)

¿Cómo enfrentarse a un nuevo disco de los Stooges -de nuevo con el prefijo Iggy en el nombre- tras haber sido testigos del derrumbamiento del mito que supuso su anterior «The Weirdness»? Pues con alegría, sin prejuicios, y sabiendo de antemano que no te vas a encontrar con nada ni la mitad de excitante de lo presentado por los de Ann Arbor (Detroit) durante los años 60 y 70. Coño, que esta gente tienen 60 y pico años, hicieron sus mejores trabajos hace más de 40, y además, no necesitaban editar ningún trabajo nuevo para que casi todos los festivales veraniegos del mundo los sigan queriendo entre sus filas. La gente no se cansará nunca del no por muchas veces repetido menos deseado chou de chimpancé en celo con el que el tito Iggy nos embauca en todos sus conciertos.

¿Si fuera un disco de otra banda, nueva, emergente, con cantante guapo de cara y llegados de Brooklyn la gente tendría más piedad y más manga ancha con este «Ready to die»? Lo tengo claro, sí. ¿Se le ha de exigir más a una banda que sentó las bases del hard rock más tóxico y del punk rock más suicida? Pues también. Pero como no podemos cambiar las cosas que están fuera de nuestro alcance, y esto es lo mejor (y único nuevo) que podemos escuchar de Iggy & The Stooges, pues conformémonos e intentemos disfrutar de los buenos momentos que tiene el nuevo elepé de los Stooges y la Iguana. Porque los tiene. ¿Acaso esos cuatro primeros temas, a pesar de sonar a refritos de varios temas de «Raw Power» y «Kill City», no os ponen ligeramente cachondos? A servidor sí. «Job» es lacerante, llena de mala leche, y habla de la relación de odio al trabajo que casi todos tenemos, «Sex and Money» (mi favorita del álbum) recupera, ni que sea por apenas tres minutos, la saña y el pampaneo de sus inicios -y los saxos, y los coros psicóticos-, «Burn» es una buena pieza de rock duro afilado, y «Gun», a pesar de tener una letra bastante idiota (¿a quién quiere matar el puto Iggy, con lo bien que vive?), es cachondona, groovy y ardiente. Poco más se le pide a un tema roquero. Que te suba un poco la bilirrubina.

A partir de ahí el disco ya no me pitufa tanto. Las incursiones baladísticas de «Beat that guy» o «Unfriendly wound» quizá sobraban, pero qué le vamos a hacer, a Iggy le tira ir de crooner por la vida, y le gusta demostrar que no solamente es un animal desbocado. Otra cosa son los resultados que consigue. Y a pesar del bajón de la segunda cara de este «Ready to die», el tema homónimo es resultón (pero no mucho), «DD…™s», canto de amor a las tetas grandes, suena a soul cochambroso y macarra, y «Dirty Deal» es furiosa, amenazante y ruidosa (lógico, son los Stooges).

¿Qué esperabais de un nuevo LP de Iggy & The Stooges a estas alturas? Yo algo mucho peor, así que me doy con un canto en los dientes con este «Ready to die».