Hum – Inlet (2020)

No sé vosotros, pero no recuerdo haber escuchado nunca a Hum, y me duele porque pocas cosas de los 90 creo que se me escapen. Me imagino que, por aquella época, era difícil hacer sombra a según qué grupos, sobre todo si tu estilo era una amalgama de space rock, post hardcore y shoegaze del estilo de sus contemporáneos My Bloody Valentine, Quicksand o Helmet.

Aún así, el cuarteto de Illinois llegó a hacerse un hueco en las listas gracias al tema «Stars» («You’d Prefer an Astronaut», 1995). Su siguiente trabajo («Downward is Heavenward», 1998) ya no vendió tanto y finalmente, con el cambio de siglo se separaron. No sin dejar huella, ya que grupos de la talla de Deftones, Cave In y más actuales como Nothing o Deafheaven han reconocido que fueron una gran influencia en la evolución de su sonido. Y es que realmente se ven trazas de Hum en discos como «White pony», de la misma manera que se notan en A Perfect Circle influencias de Failure, banda con la que comparten muchas similitudes y con los que llegaron a girar juntos.

Tras una breve reunión en 2015, a la chita callando y sin demasiadas pretensiones, la banda decidió empezar a componer un nuevo disco. El resultado ha sorprendido casi unánimemente a todos los medios especializados ya que lo toman donde lo dejaron, ajenos a los 20 años de inactividad y sonando más compactos que nunca. Difíciles de etiquetar, lo suyo es una especie de shoegaze metalizado, de temas graníticos, guitarra graves de cadencia casi doom, voz nítida y melodías escondidas que requieren más de una escucha para apreciarlas. Pocos temas destacan como single, quizás «Step into you» o «Shapeshifter» por ese aire a lo Type O Negative. Una banda más de atmósferas que nos ayudan a entender muchas de las cosas que han pasado en estas dos últimas décadas.