Fiona Apple – Fetch the Bolt Cutters (2020)

La semana pasada Nick Oliveri nos decía que no sabía si era una buena idea editar un disco en estos momentos, que pasaría lo que tuviera que pasar. Lo mismo ha sucedido con la neoyorquina. Ignorando a todos los que le decían que retrasara el lanzamiento a octubre, el barco de Fiona Apple ha llegado a buen puerto. El disco ha impactado a los fans, a sus compañeros de profesión y a los medios (la Pitchfork hacía una década que no le daba un 10 a nadie). Quizás haya sido porque todos estamos un poco sensibles estos días, y necesitamos de una voz amiga y cercana como la de Fiona al otro lado del aparato.

Lo curioso es que este no es un disco especialmente accesible, no encontraremos temas redondos como a los que nos tenía acostumbrados, pero sí multitud de fragmentos, melodías y frases tan memorables como las de Ford Fairlane. Su música sigue moviéndose entre lo minimalista y el jazz, el blues, las big bands e incluso las second lines de New Orleans. En lo vocal es un todoterreno, Fiona canta como los ángeles, muerde sin previo aviso, susurra en tu oído y aúlla a la luna.

«Fetch the bolt cutters» toma su nombre de un diálogo de la serie «The Fall», es la cizalla que corta las pocas cadenas que todavía la ataban. Nadie le va a decir nunca más lo que tiene que hacer o decir, la última vez que necesitó ayuda fue cuando sus fieles seguidores consiguieron liberar el disco «Extraordinary machine». La Fiona Apple de 2020 está desatada, es libre, comprometida, feminista y arriesgada.

El disco fue grabado en su casa de Venice Beach, usando la acústica y el mobiliario como un instrumento más, con cinco perrillos ladrando y Cara Delavigne haciendo coros. Multitud de detalles que piden de tu atención constante, un caos controlado como la propia cantante, que tras años de confinamiento musical y personal, sin prestar atención a modas, ha hecho de este álbum un disco atemporal e incomparable.