Endless Boogie – Long Island (2013)

De cabezazos me estoy dando tras enterarme que en el Primavera Sound de 2010 actuaron Endless Boogie, los autores de un disco que poco a poco ha ido calando hasta que ha sido inevitable redactar la crítica y, por ende, recomendaros su inmediata escucha.

Dicen los expertos que Endless Boogie son el secreto mejor guardado de la ciudad que nunca duerme, y no porque lleven poco tiempo tocando, sino por ser un grupo sin pretensiones a los que nunca les ha atraído ser el foco de atención. Una rara avis donde lo que impera es tocar por el placer de tocar y el amor a la música. Sin ir más lejos, el casi sexagenario y cazallero frontman Paul Major es un reputado coleccionista de ediciones limitadas y discos perdidos. El grupo, bautizado seguramente por el disco de John Lee Hooker de 1971, es la jam band perfecta para la gente que no les gusta las jam bands. Aunque no lo creáis, y que cualquiera de sus temas pueda tener más solos que todo un disco de The Strokes, sus improvisaciones llevadas al estudio fluyen incansables con facilidad hipnotizándote gracias a sus cadencias y ritmos cíclicos, casi progresivos.

No dan tema por bueno si no se acerca a los diez minutos de duración. Rock sureño, psicodelia y blues del espacio exterior que ha ganado enteros con la incorporación en directo del tercer guitarrista Matt Sweeny (Chavez, Zwan) y que te mantienen en un trance psicoactivo a lo largo de sus buenos ochenta minutos.