Dead Cross – II (2022)

Y es que, por si no lo sabíais, Mike Patton no entró a formar parte del supergrupo hasta 2016, tras la marcha del recientemente fallecido Gabe Serbian. Para su debut lo único que hizo fue regrabar las voces con sus propias letras, mientras que en este segundo trabajo ya se nota bastante más la mano y el culo inquieto del vocalista de Faith No More, invitando al grupo a experimentar bastante más con su sonido y alternando el hardcore punk al que nos tenían acostumbrados con pasajes más oscuros, extensos y trabajados que por momentos nos acerca al post punk primigenio y a bandas como Tomahawk.

Aún así, no deja de ser el material más punk que ha grabado Patton, un divertimento sin demasiadas pretensiones como el último de Mr. Bungle, donde la banda muestra su amor por los sonidos con los que crecieron. Con cierta crítica social (el derecho al aborto, la religión y el derecho a portar armas), resulta bastante más entretenido que su debut gracias a los múltiples cambios de ritmo y a los 1000 registros de su cantante. Un segundo trabajo que a punto estuvo de no ver la luz debido al estado mental de Patton durante la pandemia, entregado al alcohol para superar un ataque de agorafobia que le obligó a cancelar todos sus compromisos como artista. Pero sobre todo por el cáncer que se le diagnosticó a Michael Crain, el verdadero héroe de este disco, que grabó los temas entre sesiones de quimioterapia y donde da lo mejor de si mismo tanto a la guitarra como a las labores vocales, llegando a donde Patton ya no llega tan fácilmente como antes.