Beach Beach – Tasteless Peace (2012)

Qué buen ojo tienen en el sello barcelonés La Castanya. Esto es algo que muchos de vosotros ya sabéis, pues teniendo en su nómina a artistas como Furguson, Nueva Vulcano o Ted Leo and The Pharmacists (es decir, de lo mejorcito de aquí y de allí), es algo bastante natural el considerar al label catalán como uno de los más exquisitos de la escena andergraun española. Y más enteros que ganará La Castanya con su reciente fichaje, los mallorquines afincados en Barcelona Beach Beach, cuarteto que debutó hace relativamente poco con su EP …œLeeuwonhoek…, donde ya mostraban un marcado gusto por la naturalidad y la franqueza pop rockera (con un puntito tropical, hay que decirlo), y que ahora presentan su primer larga duración, a pesar de ser un disco la mar de cortito (9 temas y apenas 23 minutitos de jolgorio post adolescente).

Y a pesar que ninguna de las bandas de las que los miembros de Beach Beach también forman parte me apasionan (Extraperlo, por ejemplo, no me hacen ni puta gracia), he tenido que admitir, pese a las reticencias iniciales (sin haber escuchado el disco, a veces soy ese tipo de criticón, lo reconozco), que los Beach Beach son un auténtico y poderoso soplo de aire fresco en la escena independiente barcelonesa, cual lobo intentando derribar la casa de los tres cerditos. Y no precisamente porque hagan algo especialmente rompedor ni cutting edge (sí, ese término que usan tanto en las revistas de tendencias), pero es que cuando recuperas sonidos del pasado con tanto respeto y tanto acierto como lo hace el joven cuarteto balear/catalán, no te queda otra que rendirte ante los pildorazos de anfetamínico rock que este …œTasteless place… incluye. Por momentos cercanos al punk pop setentero de mitos como los Buzzcocks, en otros más cerca del shoegaze narcótico y melancólico, y en algunos claramente deudores del indie rock 90…™s. Es decir, que si lo tuyo son las melodías atinadas y la precisión instrumental, poderosa y directa, Beach Beach son tu nuevo grupo favorito.