Band of Skulls – Sweet Sour (2012)

El segundo trabajo de los ingleses (de Southampton más concretamente, ciudad a la que creo que no iré en mi vida) Band of Skulls era uno de los discos que más estaba esperando desde hace unos meses. Y yo, que no estoy muy al tanto de la actualidad musical, pensaba ilusamente que era de los pocos personajes con tal deseo, pero no, resulta que en Inglaterra su debut …œBaby Darling doll face honey… (2009) ya lo había petado bastante -normal, es un señor disco de rock guitarrero-, y las masas estaban enfervorecidas (es un decir) esperando la continuación de tan redondo primer disco. Sólo con ver la cantidad de reacciones positivas que provocó el adelanto de este …œSweet sour…, el kung fu videoclip de …œThe devil takes cares of his own…, ya me hicieron caer en la cuenta que Band of Skulls eran bastante más famosetes de lo que me pensaba. Si es que me creo que en la pérfida Albión todo el mundo escucha pop y bandas tirando a ñoñas, y resulta que no, que ahí a la peñica le gusta el rocanrol crudo y grasiento, algo que los Band of Skulls practican como pocos en esas islas.

Y en esta segunda entrega el trío parece haberse dado cuenta que son un grupo en el que se han centrado unas cuantas y diversas atenciones, pues las canciones, no sé cómo explicarlo, suenan para ser tocadas en escenarios más grandes que las canciones de su debut de hace un par de años. Sí, lo sé, quizá sea simplemente una sensación mía, pero la monstruosidad de los riffs y los juegos vocales de las muy hardblueseras cuatro canciones iniciales, donde dejan noqueado al oyente con la sudorosa cadencia de …œSweet sour…, la emotividad de …œBruises… (uno de los mejores singles de lo que llevamos de año), la hipnosis groove de …œWanderluster… y la sonoridad granítica -a la par que melódica- de …œThe devil takes care of his own…, suenan a festival veraniego y a escenario de grandes dimensiones (aunque seguramente sea teloneando a una banda más famosa, pero tiempo al tiempo).

Tras la primera y poderosa primera parte del disco, la segunda, que se inicia con la bella y narcótica …œLay my head down… (y donde la bajista Emma Richardson y su delicadeza cantándola ya se ha acabado de ganar mi corasón para los restos), baja el pistón presentándonos a los Band of Skulls más relajados, camp y cercanos al folk (…œNavigate…, …œHometowns…), con apenas un par de excepciones donde el trío suena más eléctrico y desbocado que nunca, con la chulesca …œYou…™re not pretty but you got it goin…™ on… como mejor muestra de lo que os cuento.

De momento los de Southampton llevan dos de dos, y ya se pueden considerar como una de las bandas más grandes y fiables dentro del rock duro que más gusta de mirar por el retrovisor.