’68 – Two Parts Viper (2017)

¿Sabéis esa cara de tonto feliz que se te queda cuando descubres un gran disco? Pues esa es el gesto que se me ha quedado al escuchar «Two Parts Viper», el segundo trabajo de los americanos ’68. Desde el casual tintineo a lo Tool de «Eventually We All Win» a la épica interrumpida de «What More Can I Say», el disco ha sido toda una experiencia religiosa.

Tras esos dos dígitos se esconden Michael McClellan (Becoming the Archetype) y Josh Scogin, otrora cantante de Norma Jean y The Chariot, que se han unido para crear este experimento sonoro que nos ha dejado patidifuso. Me niego a comparar al dúo con formaciones como Black Keys, White Stripes, Death from above o la miríada de bandas similares. Primero porque ninguna de ellas goza de tener al frente un desquiciado como Scogin y, segundo, por su apuesta arriesgada e inconformista, altamente energética, cruda y pasional.

Los de Atlanta practican un noise rock bluesero cercano al de Jon Spencer con distorsiones a lo Fu Manchu. Inevitable también es la comparación con los Nirvana de la primera época, antes de que la banda de Seattle fuera absorbida por su propio circo. Muy probablemente si la banda hubiera nacido en los noventa hubieran acabado siendo carne de Sub Pop.

«Two parts viper» aguanta de manera sólida por si solo, independientemente de que seas o no fan de sus anteriores proyectos. En comparación con su álbum de debut, «In Humor and Sadness», el grupo ha escogido experimentar más con las voces y las guitarras. Son caóticos por momentos, melódicos cuando quieren y profundos cuando pueden. Mis temas favoritos: «Whether Terrified or Unafraid» (…œI could have been anyone from anywhere but I chose to be me from right here…) y la muy asequible «Without Any Words (Only Crying and Laughter)».