Otro año empapándome de música y la cuenta de Last.fm echando humo, otro año de búsqueda incesante del nuevo «grupo de mi vida». Los años no perdonan y lo que antes te gustaba ahora no tanto, la industria musical sigue promoviendo a los grupos de single fácil que no aguantan más de un disco, los patrones en las canciones se repiten, cada vez eres más difícil de sorprender, etc. Aún así si te consideras un amante de La Música (teniendo claro lo que engloba la palabra para cada uno), le pones un poco de empeño, no desesperas y te dejas llevar puedes seguir encontrando grandes discos que te alegren la existencia.
Si el año pasado profundizaba en el pop y el indie, este año ha tocado adentrarse en el cada vez más proclive mundo del post-rock. Como en todas partes, hay grupos del montón y gente que ha sabido encontrar el gancho en un estilo quasi-
instrumental que puede ser bastante difícil de digerir. Disfruté en directo de los ingleses Yndi Halda, desde ahora soy fan de grupos como Meanwhile, Back in the Communist Russia, pero sobretodo de los autores de dos de los discos que más me han impactado este año. En mayo 65daysofstatic editaron «The Destruction of Small Ideas», el ejemplo perfecto de como tiene que ser un disco de post-rock para mí: guitarrero, rítmico y, aunque solo canten en la parte final del último tema, capaces de enganchar con sus melodías y no ser un «grupo para escuchar mientras haces otra cosa». El mes que viene los tendremos teloneando a The Cure, y aunque quizás no sean los mejores recintos para disfrutarlos, ahí estaré yo para rendirles pleitesía. Otra sorpresa, y no solo por la calidad de su disco, sino por la originalidad de su sonido es «Mirrored» de Battles. John Stanier (Helmet, Tomahawk), Ian Williams (Don Caballero) y Tyondai Braxton han parido un engendro que es de lo más novedoso que he escuchado en años musical y visualmente. Ahora más que nunca me duele habérmelos perdido en el Primavera Sound de este año por problemas de salud.
Muchos sabréis que no soy la alegría de la huerta precisamente, y consecuentemente me he dejado llevar por los sonidos 
más oscuros descubriendo clásicos inexplorados hasta ahora como New Model Army y su sorprendente disco «High» (con «Nothing dies easy» como uno de los mejores temas del año), KMFDM y lo que considero una obra maestra de lo industrial como es «Tohuvabohu», y debutantes como los californianos Dommin y su «Mend Your Misery». Y como veo que muchos estáis afilando vuestros cuchillos, tengo que decir en mi defensa que la excitación con la que recibí el «Year Zero» de mis queridos Nine Inch Nails, gracias en parte a su mastodóntica campaña de marketing viral, desapareció a los pocos meses de lanzarse el disco. A pesar de ser un álbum más que correcto, simplemente el último trabajo de KMFDM le da mil vueltas: un disco variado, tremendamente potente y vigorizante. Lo diremos de otra manera… Es mejor disco de Nine Inch Nails el de «The Inevitable Rise and Liberation of NiggyTardust» de Saul Williams (producido por el mismo Trent Reznor) que la propia obra del de Pennsylvania.
Respecto a los grupos más o menos consagrados en los últimos años destacaría el disco de Otep («The Ascension») y su 
inteligente propuesta un tanto más comercial que casi les cuesta caro, «Elect the dead» (el disco en solitario de Serj Tankian) recuperando el espíritu de los dos primeros discos de System of a Down, y el celebrado regreso de Skindred con «Roots Rock Riot». Mención aparte merecen uno de los favoritos de la afición como Queens of the stone age (que han confeccionado un disco más efectivo en directo que, desgraciadamente, en estudio) y un viejo conocido como Wes Borland que tras mucho insistir ha logrado facturar con Black Light Burns y su «Cruel melody», uno de los mejores y más sorprendentemente frescos discos de 2007. En esta categoría no podíamos olvidarnos de hablar del «Fear of a blank planet» de Porcupine Tree… Un discazo breve en temas, largo en duración y grande en canciones (nunca 20 minutos seguidos entraron tan bien).
No podría dejar de nombrar a los daneses Volbeat que tan buenos momentos me han proporcionado con esa ametralladora de rock-metal que es «Rock the Rebel / Metal the Devil», ni a los luxemburgueses defDUMP que con la particular juegos de voces y lenguas de «Thisisforevermore» me demostraron que no todo escrito en el mundo del hardcore. En definitiva… 2007, un año lleno de buenos discos, grandes canciones y excelentes descubrimientos. Mientras espero a los nuevos Guns n’Roses, Faith No More, Pearl Jam, Pantera, Nine Inch Nails, Tool o Dredg no me puedo quejar en absoluto, ¿no?
1 thoughts on “Lo mejor del 2007… Según Subpop”
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las mejores bandas son las que consideran primero al arte en su lista de prioridades antes que la comercialidad la imagen o el exito