Aunque Steve Giles llevaba ya un par de años pululando por ahí con este proyecto no es hasta que da con Clive Thorneycroft y Ron Johnson cuando consigue dar forma a la banda. Ambos no sólo dan forma a un sonido, sino que también aportan en la composición de cuatro de las seis canciones que componen el álbum. Martin Weaver llegó cuando ya poco podía aportar a nivel compositivo, y es una pena porque, conociendo su trabajo con The Wicked Lady, hubiera sido más que interesante ver hasta donde hubiera llegado la banda con su aportación. Sin embargo, no es difícil encontrar su sonido distorsionado e impreciso en muchos momentos de «Round The Edges».
«Darkside» abre el disco pausada, con un gran trabajo de guitarra en un tono a medio camino entre Sir Lord Baltimore y Grand Funk Railroad. «Maypole» y «Live For Today» siguen en la misma línea, con extensos fraseos de guitarra y un protagonismo cada vez mayor de la batería de Thorneycroft. «R.C.8» abusa en exceso del riff principal, pero «Cat» viene a elevar el listón de nuevo con un punto más Jimi Hendrix que continúa, aunque más oscuro, con «Zero Time». En las diversas reediciones que desde los años noventa se han venido haciendo del disco se incluyen algunos temas más que corresponden a grabaciones caseras de 1971, entre las que encontramos «In The Sky», «Wasting Your Time» y «Could Have Sworn» que no hacen más que confirmarnos el enorme talento de Clive Thorneycroft.
En el mismo camino que bien asfaltaron Cream y Blue Cheer, Dark incorpora ciertos elementos distintivos que hacen que su propuesta sea casi de escucha obligatoria, pero en conjunto este trabajo adolece de la frescura de aquellos y de la intensidad de The Wicked Lady. «Round The Edges» peca hasta cierto punto de una planificación excesiva y aún así se hace más interesante cuanto más ahondamos en él, sobre todo a nivel instrumental.