Con la formación ya completa, la banda entra a grabar en 1993 y al año siguiente se edita su primer y único disco, titulado de forma homónima. Mucho más cercano al hard rock con profundas raíces en el blues que a lo que la mayoría de sus miembros habían hecho hasta entonces, el álbum es una auténtica patada en la entrepierna del grunge que dominaba todo por aquellos años. El brutal comienzo con «Can You Feel It», con un Aldridge y un Sarzo mostrando toda su contundencia, pone sobre la mesa el buen hacer de estos tipos. Vandenberg está más preocupado de fabricar buenos riffs que de hacer gala de sus excepcionales habilidades y Young imprime un tono sureño al conjunto del que carecían otras bandas que en aquellos mismos años se dedicaron a hacer rock cuando parecía no interesarle a nadie, como Badlands o Eric Gales Band.
Manic Eden está mucho más cerca de Led Zeppelin, Jimi Hendrix o Stevie Ray Vaughan que a Whitesnake o cualquiera de las otras bandas de las que procedían sus miembros, excepto Little Caesar. Porque curiosamente, fue el último en llegar quien no cambió mucho de estilo con este proyecto y Ron Young fue capaz de imprimir su propio sello en una formación absolutamente excepcional. Esa unión de hard rock y blues con un toque sureño está muy presente en temas como «Pushing Me» o «Can…™t Hold Tight», aunque siempre aparecen retazos del hard rock de los 80 en algunos estribillos, como los de «When The Hammer Comes Down» o «Keep It Coming». Ni siquiera la obligada asistencia de las baldas ensombrece el conjunto, porque «Do Angels Die» y «Ride The Storm» mantienen la misma intensidad, dejando tan sólo el tono edulcorado para «Dark Shade Of Grey».
Manic Eden bien podría haber sido la banda más grande del rock de los 90, pero su fracaso comercial hizo que algunos de sus miembros empezaran a pensar en buscarse la vida de otra forma. Vanderberg volvió con Coverdale para grabar el irregular «Restless Heart», Aldridge se fue con el guitarrista francés Patrick Rondat, Sarzo volvió con Quiet Riot y Young hizo algunas pruebas con diversas bandas y empezó una carrera como jefe de producción que hoy en día compagina con su labor en Little Caesar.
Texto: Juan Manuel Vilches
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