Grabado en los estudios Ardent de Memphis y con el propio Dulli en las labores de producción el grupo se rodea en esta ocasión de músicos como Harold Chichester (Royal Crescent Mob, Howlin…™ Maggie) a los teclados y la violonchelista Barb Hunter, que dejarán su importante impronta a lo largo de las once canciones que componen el álbum. Con ellos, los Whigs reman a contracorriente y se alejan del sonido crudo y sin artificios habitual del momento para publicar sus canciones más ricas en instrumentación. Además, se muestran elegantes y con una cuidada imagen en sus videoclips y conciertos y sitúan, más si cabe, al frente a un Dulli que va a volcar en …œGentlemen… toda la frustración que una relación amorosa puede llegar a generar en una persona.
Desde la inicial …œIf I Were Going…, en la que Dulli nos pone en situación con su susurrante voz sobre un repetitivo acorde de guitarra, hasta la optimista …œI Keep Coming Back…, versión del tema de Tyrone Davies, sus letras van a pasar de la amargura a la acidez dejando lugar al arrepentimiento e incluso a cierta actitud chulesca. Diferentes estados emocionales respaldados por unos temas en los que, junto a la voz, destaca especialmente la guitarra de McCollum con puntuales punteos como los de …œGentlemen…, el sutil uso del slide en …œWhen We Two Parted… o ese inicial ritmo funky en …œDebonair…. También digna de mención es la colaboración de Marcy Mays, cantante de Scrawl, que pone voz a la preciosa …œMy Curse…, en la que aporta además el punto de vista femenino a la situación que narra Dulli respaldada por guitarras acústicas y teclados.
Tras …œGentlemen…, disco que tiene el honor de haber sido el más exitoso en cuanto a ventas de la carrera del grupo, los Whigs comenzaron a sufrir algunos problemas personales que les llevaron a tomarse un parón temporal. Tras éste, todavía fueron capaces de publicar tres discos más (…œWhat Jail is like…, en 1994, …œBlack Love…, en 1996, y …œ1965…, dos años después) los cuales, sin llegar al nivel mostrado en …œGentlemen…, hicieron que el grupo llegará a su aparentemente definitivo fin con la cabeza bien alta. Tras su separación, todos sus miembros se embarcaron en diferentes proyectos relacionados con la música, siendo los más populares los llevados a cabo por Dulli, primero The Twilight Singers y después The Gutter Twins, en el que tuvo a bien juntarse con otro de los grandes de los 90 como es Mark Lanegan. A día de hoy, The Afghan Whigs llevan realizando algunos conciertos puntuales desde 2011 (paso por el Primavera Sound el pasado año incluido) y han llegado a grabar una versión del …œSee and don…™t see… de Marie Queenie Lyons, pero no parece claro que la banda vaya a volver al estudio para grabar nuevas composiciones. Pase lo que pase, seguiremos disfrutando de este …œGentlemen…, como poco, veinte años más.
«Debonair»
«Gentlemen»
1 thoughts on “The Afghan Whigs, el grupo que debió reinar”
Deja una respuesta
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.
Pingback: The Afghan Whigs @ Sala Apolo (Barcelona) 21-02-2015 | Everlong Magazine