My Brightest Diamond – This Is My Hand (2014)

Recuerda un poco la portada de «This Is My Hand» a los primeros trabajos de Björk y no es casualidad, ambas artistas se han caracterizado por la exploración constante de nuevos sonidos. Precisamente, ahora que la islandesa no anda muy acertada en sus últimas obras, My Brightest Diamond se revelan como un más que interesante sucesor a ese trono que hace tiempo yace vacante. Las comparaciones, en lo musical, no van mucho más allá pero se echaba en falta como agua de mayo una diva excéntrica alejada de la música convencional.

Shara Worden es el cerebro (y sobre todo el alma) detrás de «This is my hand», una cantante y multinstrumentista en estado de gracia desde hace años. Seguramente no sea tan conocida como otras expertas en marketing como St Vincent, pero ha sido capaz de crear un sonido propio original y distintivo en los últimos años. Atrás queda aquellos My Brightest Diamond que versionaban con gracia el «Tainted love» durante su actuación en el Summercase 2007, lo que se traen entre manos es un «pop» barroco de extraños bailares y fundamentos clásicos, con más capas que la Liga de la Justicia, operístico y en cierta manera experimental. Una evolución seguramente fruto de macerar lo aprendido cuando la cantante ejercía de corista del también arty Sufjan Stevens.

Arpas, instrumentos de viento, xilófonos y hasta la Detroit Party Marching Band se funden con los samplers y teclados bajo el manto de la voz de Worden, creando una atmósfera noir llena de drama y calidez al mismo tiempo. ¿Es realmente su diamante más brillante? Lo dudo, la creatividad de Shara Worden no parece tener límites a día de hoy como ha demostrado en su participación en «River of Fundament» de Matthew Barney. Aunque, si no fuera por esa bajada de tempo de la segunda cara del disco, estaríamos hablando indiscutiblemente de uno de los mejores discos del año.