Cloud Nothings – Here And Nowhere Else (2014)

Este cuarto álbum ya no está producido por el maestro Steve Albini, en cambio para Baldi la ausencia de Albini no ha caído en saco roto. Sin el maestro la intensidad se desvanece un poco, pero el efecto es equivalente a la supresión de una niebla, la concesión de una mayor claridad a la fuerte musicalidad que subyace en canciones con mucha energía. Para algunas bandas, la ferocidad es una necesidad, el único medio de comunicación. Para otras, es simplemente un medio eficaz de expresar la fuerza, y la capacidad de expresar hacia fuera porciones equilibradas de sentimientos, el cambio entre diferentes artes se presta como una mayor gravedad de los momentos más densos.

Se vuelve a gritar con furia, rayando a veces una especie de garaje lo-fi entre un grunge amargante. Han vuelto a captar aquello que ya estaba perdido por completo en los Estados Unidos y fue tan importante en el rock de los años 90’s, una música sin lujos, sin posturas y cruda, como un Bleach de Nirvana en pleno 2014. Y es que Dylan Baldi capta en sus experiencias todo aquello que Kurt hizo 25 años atrás, transmitiéndonos el ambiente desilusionado y todavía humeante de un joven que habla de la vida con entendimiento, con ironía y poesía. Trata los romances y las peleas internas con una tranquilidad precisa y muy impresionante para su edad. No cae en la trampa de la nostalgia típica del punk adolescente. Todo esto en conjunto da una verdadera aura al álbum de violencia, muy excitante y profundamente honesto. Agarrando las tripas y tocado con gracia, al mismo tiempo.

Nos encontramos con la rabia de una joven banda, con riffs afilados en las distorsiones, pero está claro que algo le falta al álbum. Es cierto que el retorno era muy prometedor y complicado. El nivel que dejaron en «Attack on Memory» fue muy alto. Sin embargo, la arrogancia de Baldi se ha convertido en un desafío. Canciones como «Quieter Today» o «Psychic Trauma» nos cogen completamente por sorpresa al iniciar tan pronto el testamento, o como «Pattern Walks» que contiene un bajo furioso de 7 minutos y que nos lleva a la deriva… Una especialidad de Baldi, que sabe unificar a la perfección el punk con el talento. Canciones que mezclan el caos con el dominio, Cloud Nothings han creado un hábito en las canciones que son pequeñas inflexiones en un medio irónico, destellos de levedad en medio del frenesí, confirmando que son una banda con tantas habilidades instrumentales como pueden ser sus influencias. Todo esto es parte del crecimiento considerable que está demostrado año a año y álbum a álbum, más que nada han definido el sonido de la energía como un diamante en bruto para dar el paso a la coherencia y al control. A pesar de esto, no se nos permite ir a ese estado extremo y peligroso en el que la sensibilidad de Cloud Nothings nos había hecho conocer.