The War On Drugs – Lost In The Dream (2014)

No sé si el guiño es voluntario, pero la portada de «Lost In The Dreams» es extrañamente reminiscente al «Five Leaves Left» de Nick Drake del año 1969. Adam Granduciel nunca ha ocultado su fascinación por Nick Drake y los grandes compositores contemporáneos, aunque los dos primeros discos de The War On Drugs se etiquetaron como «rock psicodélico», a día de hoy, Adam Granduciel es lo más cercano que puede existir a todos esos padres estadounidenses de los 70’s, Bruce Springsteen, Tom Petty, Neil Young, Bob Dylan, no solamente con las melodías, sino en ciertas entonaciones.

Porque si la figura de Nick Drake es como un fantasma en la portada, el resto no es menos intimista, Se recomienda dejar el lector\reproductor tranquilo y no tocar nada mientras se escucha. Temas cuya longitud oscilan entre cuatro y ocho minutos con un carisma unificador propio de la música americana, sí, americana. Una palabra malsonante para muchos, pero que define una clase difusa que puede ir desde Wilco hasta Willie Nelson, más madura, suave, y puede que menos enrevesada. Adam Granduciel está suelto, libre con cada pieza, la gran mayoría tienen alma de épica, de catarsis, a caballo entre el rock recién llegado de los 70 y establecido en los 80, sintetizadores, saxofón, no dejas de sentir escalofríos por la espalda de principio a fin. Una música dinámica no exenta de poesía, llamando a la puerta del propio Bruce Springsteen. Al igual que el Boss, el líder de The War On Drugs no da pistas falsas en este «Lost In the Dreams», simplemente juega con las emociones. Expone su música con una franqueza casi desconcertante, donde prevalece todo a su paso, sobre todo el tema «Red Eyes».

Este tercer álbum de The War On Drugs ha demostrado que las composiciones emotivas y dramáticas también pueden llegarnos de inmediato, probablemente debido a la intensidad del frontman Adam Granduciel, precisamente porque la música ha perdido hace mucho tiempo este papel de elevación de la conciencia social. Por el contrario, la magia narrativa de la melodía siempre funcionará para todos aquellos que buscamos un mensaje. Como bien ha dicho en alguna entrevista Granduciel, las palabras no caen en saco roto: «Ahora los discos se hacen en 3 semanas y yo he tardado 1 año, quería hablar de la gente para que se sintieran identificados y se encontraran». Y así es, el tono que recorre el álbum es adecuado y es el mayor éxito del disco, adornado como una auténtica road movie musical de los años 80, es retro, es relevante, pero sin ser nostálgico.

Canciones que suenan familiares, cálidas y recuerdan la simplicidad instintiva que tenemos todos. Este trabajo toma un clasicismo poco común a día de hoy, nos volvemos a encontrar con guitarras creíbles congeladas a través del tiempo. Si te gustó Kurt Vile el año pasado, The War On Drugs pueden golpearte más fuerte en este.