Janiva Magness – Teatro Cervantes (Málaga, 04-07-13)

En España se suele dar más importancia a la hora de organizar un concierto a la fama del músico -o la que promotores y programadores creen que tiene- que la calidad del mismo y el interés de su propuesta. Es por ello que no estamos acostumbrados a tener la oportunidad de ver a músicos de la talla de Janiva Magness, porque esta señora siempre se ha movido en un segundo y discreto plano dentro del panorama del blues norteamericano, a pesar de que lleva en esto más de treinta años.

La cita en Málaga era en el teatro Cervantes, uno de los recintos culturales más emblemáticos de la ciudad y dentro de la programación del festival de verano que allí tiene lugar. Con un aforo medio vacío, quizá por ser un jueves o tal vez por el precio de las entradas, el concierto dio comienzo puntualmente con la aparición de la banda que acompaña a la señora Magness. La misma por cierto que grabó también su último y laureado disco, «Stronger For It», y que la forman Matt Tecu a la batería, Gary Davenport al bajo, Jim Alfredson al teclado y hammond, y el guitarrista Zach Zunis.

Después de casi quince minutos con un par de temas instrumentales a cargo de la banda, aparece la señora Magness acompañada de una guitarra cigar-box, que lo cierto es que aportó más ruido que otra cosa, para interpretar la frenética «Whoop & Holler», de Ray Wylie Hubbard. Como era previsible, dado que es su último trabajo y encima premiado, el repertorio se basó fundamentalmente en «Stronger For It», del que tuvimos oportunidad de escuchar «There It Is», «Make It Rain», «Whistlin’ In The Dark», «Thought I Knew You» o «Dirty Water», entre otras.

Tocar en un teatro de estas características tiene muchos aspectos positivos. El sonido fue inmaculado, casi perfecto durante toda la actuación, y el escenario estaba sobrado para una formación de cinco músicos, aunque exceptuando a Magness ninguno de ellos apenas necesitó más que su metro cuadrado durante toda la noche. Afortunadamente, ella sabe manejar la escena y calibra bien el espacio de forma que siempre es el punto de atención principal. Eso cuando la nefasta iluminación se lo permitía claro. Porque lo que no es de recibo en un teatro como este es que no haya un foco que siga al artista, que los músicos estén la mayor parte del tiempo en la más absoluta oscuridad y que la iluminación general sea más adecuada para echar una siesta que para presenciar un concierto de estas características.

Con el retiro de los músicos llega el obligado aplauso que anticipa los bises y reaparecen para atender a una petición de una parte del público: «Ragged Company», el clásico de Grace Potter, que sonó excepcionalmente bien. Antes de finalizar la actuación, Magness aprovechó para contarnos algo de su trabajo y decir una vez más lo agradecida que está de poder dedicarse a la música y visitar muchos lugares distintos, porque según ella …œDetroit is a nice city…¦ to escape…. De esta forma y con la pertinente presentación de los músicos que la acompañan, Janiva Magness se despidió de la ciudad dejando una actuación impecable para el recuerdo y la prueba de que sólo hace falta abrir un poco los oídos para encontrar un buen puñado de grandes músicos más allá de los conocidos por el gran público.