Canciones:
01. Professor Nutbutter’s house of threats
02. Mrs. Baileen
03. Winona’s big brown beaver
04. Southbound pachiderm
05. Space farm
06. Year of the parrot
07. Hellbound 171/2
08. Glass sandwich
09. Del Davis tree farm
10. De anza jig
11. On the tweek again
12. Over the electric gravepine
13. Captain shinner
Crítica:
Este es el disco posterior al grandioso «Pork Soda», el cual les hizo ser mas o menos famosillos en el mundo freaky de la epoca gracias a canciones tan delirantes como «Mr. Krinkle» o «Hamburguer Train» (solo apta para mentes tortuosas) y siendo objetivos, no llega al nivel de su predecesor pero se le acerca bastante… Sigue la obsesión por la comida en este disco («Glass sandwich», «Professor nutbutter»…) pero parecen haber querido hacer un sonido algo mas accesible (solo algo mas) q en otros trabajos anteriores.
El disco empieza fuerte con «Professor nutbutter house of threats», una canción de casi 7 minutos con un ritmo trepidante y con la ametralladora al bajo que es el gran Les Claypool (el cerebro de este hombre daría para arduos estudios antropológicos porque es imposible que a alguien se le pueda ir tanto la castaña), todo aderezado por los signos marca de la casa del grupo.
«Mrs Baileen» es la siguiente canción, algo mas reposada pero en la que se pone de manifiesto la grandeza musical del trio y el dominio de sus instrumentos. «Winona’s big brown beaver» es el single del disco, es una canción bastante accesible y divertida y juega con el doble sentido de la palabra «beaver» (felpudo en el sentido mas coloquial), algo asi como el «chou-chou» de los Mojinos… El mago Claypool sigue dando lecciones de como tocar el instrumento de las 4 cuerdas, haciendo escalas elásticas hasta límites insospechados. «Southbound pachiderm» esta en la onda de la primera canción (también se va hasta casi los 7 minutos) pero sin el ritmo trepidante de ésta y después del paranoico interludio de «Space farm» (marca de la casa) llegamos a «Year of the parrot»: una cancion que va de menos a más hasta llegar a la explosión final de bajo y bateria, en la cual se ve claramente que el grado de locura y delirio del grupo no es el mismo que en anteriores discos (lo que dije antes sobre que habían hecho un disco un poco más accesible), lo cual para los fans no-acérrimos del grupo es de agradecer.
La siguiente cancion «Hellbound 112/7» contradice del todo mis anteriores lineas, puesto que es una cancion inclasificable, en la cual predomina una guitarra esquizoide y un machacón ritmo de bajo. «Glass sandwich» no aporta nada nuevo al disco (sin ser una cancion mala) y «Del Davis tree farm» nos hace llegar a la conclusión de que Primus están concebidos por y para el lucimiento de su líder Les Claypool, puesto que el bajo es el principal sustento de dicha canción. «De anza jig» nos recuerda a los tiempos en que nos sentábamos en la tele a las 2 de la mañana para ver «South Park», puesto que es una canción que podria colocarse como BSO de la serie sin ningun problema: letra delirante y banjo torpón (no olvidemos que la canción de cabecera de la serie es de Primus) con el que evocamos a Cartman, Kenny y cía… Le sigue «On the tweek again», canción que ha de ser escuchada más de una vez para poder ser apreciada en toda su intensidad, es parecida a «Year of the parrot», va «in crescendo» hasta el explosivo final y una vez más queda la sensación de que el bajista es de otro planeta.
Una elástica (a la par que paranoica) linea de bajo abre el siguiente tema: «Over the electric gravepine», otra canción inclasificable con un ritmo y una melodía indescriptible pero que suena hasta alegre y todo, en su debe se ha de resaltar que se hace un pelín pesada al final con tanta exhibicion de batería e instrumentación pero asi es Primus, o los tomas o los dejas. Otra paranoia instrumental («Captain shinner») cierra el disco.
Conclusiones: Primus han querido hacer su sonido un poco mas accesible, las canciones no dan tantos devaneos como en el «Pork Soda», aun así no dejan la esquizofrenia completamente a un lado (cosa que yo agradezco), Les Claypool sigue en plena forma aunque el disco refleja cierta falta de frescura, ya no cuenta con el factor sorpresa del «Pork Soda» y deja la sensación de «esto ya lo he escuchado antes», está un pelín menos inspirado pero de todas maneras es un disco plenamente recomendable para que los no iniciados en el grupo se adentren dentro del «universo Primus».
Puntuación: 4/5
Slowhand