Metz – Metz (2012)

Desde hace cosa de un par de meses, no paro de escuchar una cantinela que se va repitiendo por webs, redes sociales, y bares en los que suena música roquista: …œ¿Has escuchado a Metz?…. Pues no hijo no, hasta hace poco no los había escuchado, pero, según lo que me contaban insistentemente, este trío canadiense son la nueva esperanza blanca del guitarreo y del desquicie roquero.

Fichados por Sub Pop durante este año tras tenerlos en su radar en los últimos años (Metz tienen apenas 3 años de vida como banda) y tras haberlos visto tocar en sótanos, tiendas de skate y mugrientos locales, por fin los canadienses Metz se han decidido a plasmar en disco todo lo poderoso y violento de sus directos, compartidos con bandas como Mudhoney, Archers of Loaf o Death from above 1979. Grupos a los que Metz podrían ser fácilmente asociados por su gusto por las guitarras llenas de feedback, los drones rebosantes de fuzz, y las líneas de bajo ululantes.

Y, pensándolo bien, Metz, además de estos tres elementos (cuatro si le añadimos las cabreadas y gritonas vocales que pueblan todas sus canciones), poco más tienen que ofrecer al mundo del rock actual. De acuerdo, su disco es directo y doloroso como un puñetazo altamente eléctrico en la cara, y a lo largo del minutaje del álbum reviven con mucha habilidad el hardcore punk más ruidoso, visceral y fiero, con tracks tan redondos y urgentes como …œWet blanket…, …œGet off… o …œHeadache…, pero, por lo menos a servidor, me cuesta tragarme el disco entero. Demasiada mala leche, demasiada bilis. Más efectistas que efectivos, aunque seguro que en directo ganan enteros, pues, visto algún video de ellos, parecen darlo todísimo subidos a un escenario. Bien por ellos.