The City And Horses – We Will Never Be Discovered (2011)

Aquí donde me ven soy un asiduo seguidor de Twitter desde hace unos cuántos años. Al principio lo usaba como herramienta de comunicación personal pura y dura, una especie de evolución del IRC del que era tan asiduo en mis años de universidad. Pero llegó el día en que mi timeline (sí, yo también uso anglicismos por moda, o más por vaguería, que pensar en la traducción me da pereza) se volvió algo incontrolable. Así que le dí un lavado de cara y, eso sí, manteniendo a mis amigos por aquello del «qué dirán», decidí que iba a convertirlo en una herramienta de comunicación y de «mantenerme al día». Empecé a seguir a usuarios que, más o menos, coincidían en gustos conmigo (y soy de gusto ecléctico, asi que no es tarea dificl) y, un día, uno de ellos me descubrió Stereomood, una herramienta que, en función de tu estado de ánimo, te componía una lista de canciones acorde. Tras comprobar que no incluía nada de radiofórmula en su librería, y que buceando un poco podías llegar a verdaderas joyas, me enganché. A ellos y a su twitter, claro.

Un buen día, ese twitter publicó un estado en el que recomendaba seguir la librería musical de una pequeña discográfica (con sede un Brooklyn), llamada Paper Garden Records. Parecía una de esas discográficas que te hacen recuperar la fe en el podrido negocio de la música, y con un catálogo no muy extenso. Evidentemente, allá que fui. Y la primera canción de la librería era una pieza deliciosa titulada «War Paint», un tema que empieza con un silbido y una batería de ritmo constante, y al que sigue el estribillo a dos voces más pegadizo que te puedas imaginar. Esto no podía acabar ahí, así que buceando (eufemismo de buscar en Google y pinchar en el primer enlace) descubrí que la pieza era ejecutada por una banda neoyorquina llamada The City and Horses. Y a por el disco que me lancé, además de averiguar algo sobre los susodichos.

The City And Horses son una banda con pocos años de vida, y un par de discos a sus espaldas, que suena a indie pop de la mejor clase. El que nos ocupa «We will never be discovered» es el segundo álbum en mi opinión mucho más redondo y maduro que el primero, aunque tiene algunos altibajos, sobre todo en su segunda mitad. Son destacables, aparte de la maravillosa «War Paint» antes mencionada, «We will never be discovered», que abre el disco con un medio tiempo acariciado por un saxo, «This is Manhattan» (ojo a esa percusión casi jazzistica), «With his pen» (coros con ecos de rock de los cincuenta) y las tres canciones que acompaña la embelesadora voz de Katie Costello: «The Company Inc», «Dum Dee Dum» y «We’ve said it before».

Aunque haya sido un año después de su lanzamiento, me alegro de haber topado con ellos de esta manera tan fortuita y, sin duda, les seguiré la pista (para empezar, he añadido su Twitter a mi otra vez colapsado timeline)