Third Man Records
Tracklist:
1. Missing Pieces
2. Sixteen Saltines
3. Freedom at 21
4. Love Interruption
5. Blunderbuss
6. Hypocritical Kiss
7. Weep Themselves to Sleep
8. I’m Shakin’
9. Trash Tongue Talker
10. Hip (Eponymous) Poor Boy
11. I Guess I Should Go to Sleep
12. On and On and On
13. Take Me with You When You Go
Producido por Jack White
En fin, que repasando el «lo más escuchado» de mi reproductor de música con pantalla táctil (mejor no decir marcas, que andan a la gresca con las patentes y no quiero ser un daño colateral de su fiero grupo de abogados), aparecía en las primeras posiciones el estupendo álbum de Jack White, y aprovechando que el Pisuerga sigue pasando por Valladolid, y el ínclito hace lo propio por Madrid y Barcelona, pues heme aquí escribiendo sobre el disco, titulado a la postre «Blunderbuss».
Sobre John Anthony Gillis (que es el nombre real de la criatura) poco queda decir que no se haya dicho ya (incluso en estas misma páginas aqui y aqui), asi que podemos centrarnos en el disco que firma con su nombre artístico, y que sale de esa factoría musical que él mismo creó llamada Third Man Records, incubadora de nuevos artistas, y rescatadora de viejas glorias. En este álbum nos encontramos con un sonido alejado del rock de estadios que le hizo famoso; es más intimista, más Johnny Cash, más blues sesentero, más americana en definitiva, un rock que bebe de las raices profundas de su hogar de acogida en Nashville (Tennessee). Un rock en el que el piano tiene no sólo un hueco, sino uno privilegiado, y donde el tradicional bajo es sustituido en muchas ocasiones por un contrabajo, otorgando a las bases un sonido grandilocuente que él mismo se encarga de resaltar con punteos de guitarra ocasionales. Una diamante en bruto, vamos.
El disco comienza enseñando sus garras con «Missing Pieces», preludio de «Sixteen Saltines», único corte rockero tradicional del disco y un claro aviso a su ex compañera de viaje («Who’s jealous of who?») de que lo del buen rollo en White Stripes lo era más bien de cara a la galería. Después viene «Freedom at 21», preparando el cambio de ritmo que es «Love Interruption», la mejor pieza del disco en mi opinión, y que maneja el tempo de manera magistral. Este caballero es un genio, qué duda cabe. Particular atención merece también «Blunderbuss» (en español, lo que viene a ser un trabuco), que suena a Cash en estado puro. A partir de aqui el piano se hace protagonista en «Hypocritical Kiss» y, sobre todo, en «Weep Themselves to Sleep» donde marca el tono acompañando a la voz rota del señor White. Otro cambio de tercio para mirar hacia la tradición de rock sureño en «I’m Shakin», estupendo corte al que el coro da un toque gospel acertadísimo. Y de vuelta al piano para cerrar la segunda mitad del album, en un tono bastante más pausado y cercano al blues.
Total, que nos encontramos ante uno de los discos del año, que viene de la mano de uno de los mejores y más completos artistas del siglo XXI, y que ha demostrado encima que es capaz de ser frontman de varias bandas de éxito sin morir en el intento. Larga vida a Jack White.
Puntuación: 8/10
Lo mejor: Ver a Jack White en plena forma, abandonando las estridencias y basándose en pulir su sonido más personal.
Lo peor: Intentar adivinar por dónde tirará este artista, y si será capaz de mantener el nivel musical mostrado hasta ahora.
Te gustará si te gustan: The Whte Stripes, Johnny Cash, el sonido Nashville
«Sixteen saltines»
«Freedom at 21»