Rippers – Fire Tractaät (2012)

Los hermanos Teichenné, núcleo duro y únicos miembros estables de los fogosos Rippers desde su creación hace ya más de tres lustros, siempre han gustado de facturar punk rock rabioso, enfermizo y oscuro. Con 5 discos a sus espaldas -6 contando este …œFire Tractaät…, su primero en BCore, sello discográfico al que deberían haber llegado años antes, creo yo- los de l…™Arboç (Tarragona) han sabido crearse un universo y un sonido propios, algo difícil de conseguir en una escena como la punk rockera nacional, poco dada a las personalidades marcadas. Más por falta de pericia y atrevimiento que por otros motivos.

Pero los Rippers son de esas bandas que reconoces al instante, pocos grupos tienen tanta mala leche y la escupen con tanto estilo como el cuarteto catalán, como ya han demostrado constantemente a lo largo de sus anteriores trabajos. Porque sí amigos, si hay una banda que merece el adjetivo de …œpunk rock… en nuestro país, estos son los Rippers. Y si su anterior …œSeeds of the new dawn… no os convenció al 100% (como me pasó a mi), os aseguro que este …œFire tractaät… os va a dejar anonadados, porque el cuarteto ha vuelto a dar con las teclas adecuadas, basculando entre la potencia desbocada, crujiente y colérica que tan bien saben hacer, con cortes donde el punzante groove y la elegancia punk rocker destacan más que nunca. Parece que estos casi tres años de descanso / separación que se han tomado los Rippers les han sentado de maravilla, pues han vuelto con más energía, creatividad y fuerza que nunca.

¿Su mejor disco hasta la fecha? No sabría deciros, sigo teniendo su …œNomelêcs Revenge… en un pedestal, pero posiblemente este …œFire tractaät… sea un disco más completo y variado (dentro de lo ecléctico que puede llegar a ser un grupo como ellos, claro, centrados en el punk rock visceral y tóxico), ampliando sus influencias clásicas (es decir, los nunca suficientemente valorados Wipers, Zeke, Turbonegro…¦) con momentos que pueden recordar, ni que sea vagamente, a grupos como Queens of the Stone age (en su versión más desquiciada, es decir, cuando cantaba Nick Oliveri) o Killing Joke.