The White Stripes – Icky Thump (2007)

Uno de los grupos más freak del rock internacional (con permiso de los Arcade Fire), ha vuelto. Y no digo que sean freaks sólo porque no se sabe muy bien cuál es la relación entre sus dos miembros, Megan Martha White (batería y voz) y Jack White (guitarra, piano y voz principal). Que si son hermanos, que si son pareja, que si son pareja y encima divorciados… En fin, que esto no es el tomate. Decía que no son freaks sólo por eso. Las portadas de sus álbumes sólo tienen tres colores: rojo, blanco y negro. La última «freakada» ha sido dar conciertos de un segundo por todo Canadá (prometieron que tocarían por todo el territorio… y lo están haciendo). Pero mejor nos centramos en los méritos musicales, que son muchos.

Esta pareja de americanos (son de Detroit) firman su primer álbum (llamado igual que la banda) en 1999, sin que parezca que vayan a llegar mucho más lejos. Es un album oscuro, en el que se llegan a ver ecos del garage rock que luego cultivarán con mucho más éxito en 2003 con «Elephant«, cuarto álbum de estudio, pelotazo internacional. Es ahora cuando empiezan a llenar las estanterias con trofeos, es ahora cuando su nombre suena de verdad. Es ahora cuando su música adquiere la dimensión adecuada. Es ahora cuando demuestran hasta dónde pueden llegar….. A todo esto, el grupo se les queda pequeño y arrancan proyectos por separado (ojo a The Raconteurs, el grupo formado por Jack del que ya hablaremos otro día…), lo cual no implica que abandonen la formación original. Firman un extraordinario «Get Behind Me Satan«. Y recientemente, el disco que nos ocupa, el quinto, «Icky Thump«, grabado en Nashville, cuna de Johny Cash, Dolly Parton y Roy Orbison entre otros. Ahi es nada.

Nada más pulsar el play, vemos que esto va a ir en serio. «Icky Thump» nos enseña que han madurado, que dominan el estilo, los cambios de ritmo. La instrumentalización es simplemente grandiosa. El riff intermedio, demoledor. El segundo corte, «You Don’t Know What Love Is (You Just Do As You’re Told)» es un himno como lo fue «Seven Nation Army«. Un estribillo pegadizo, cambios de ritmo endiablados, riffs infinitos. Una pequeña obra maestra.

Y suma y sigue. En este album se dejan influenciar por ritmos españoles (ojo a «Conquest«, un pasodoble rockero imposible), escoceses (las gaitas y coros celtas de «Prickly Thorn, But Sweetly Worn«), …. sin olvidar de dónde provienen. «Little Cream Soda» es simplemente soberbia, una de esas canciones que escuchas una y otra vez, y a la que siempre sacas algo bueno, o algo mejor. En fin, un álbum redondo, guitarrero, pero en el que se han dejado influir mucho más por sus otros proyectos paralelos. Una joya que augura futuro a la banda y a sus componentes. Un diez en producción, en diseño de portada….. una muestra más de que el rock está vivo, y Megan y Jack son sus representantes en la tierra.