Betunizer – Boogalizer (2012)

Lo reconozco, el primer disco de los valencianos Betunizer, …œQuien nace para morir ahorcado, nunca morirá ahogado…, me dejó un poco, como lo diría, a cuadros. Será que no estaba preparado para tal vendaval esquizoroquero, o que quizá no era el momento adecuado para escucharlo (que a veces pasa), pero la cuestión es que me pegaron una patada en los huevos de la que me costó recuperarme. Y, como podréis comprender, no me gusta que me azoten en según qué partes de mi anatomía (en otras sí me gusta), así que me olvidé un poco de este trío de cafres levantinos. Pero, lo que son las cosas, fue verlos en directo poco antes de escuchar este …œBoogalizer… (su segundo álbum en la disquera barcelonesa BCore Disc), y se me abrieron las orejas que ni el ojete de Jorge Javier Vázquez con una sobredosis de popper. Vi la luz, se abrieron las aguas, y me di cuenta que lo de estos tres era un poco como la ketamina; al principio no te gusta y te marea cosa mala, pero oye, a la que te acostumbras, te ríes más que con cualquier otra medicina animal.

Grabado, no os lo vais a creer, en los Estudios Ultramarinos Costa Brava, este …œBoogalizer… no es que sea un elepé menos desquiciado y enajenado que su primera entrega, pero quizá sí que es más certero y compacto. El trío sigue destilando mala leche, cinismo y peligrosidad (pero de la divertida, a lo vacilón de barra de bar de barrio currelas) a través de sus descacharrantes composiciones, mezcla de hardcore del que aturde, percusiones alocadas y espídicas, líneas de bajo cimbreantes, y una lírica a medio camino entre el puñetazo en el cogote y una bofetada de madre. Sí, las que te daba con el reverso de la mano sin previo aviso. A bailar con Betunizer.