Kills Birds – Married (2021)

Su historia empieza cuando la cantante Nina Ljeti (de origen bosnio, su familia tuvo que huir a Canadá durante la guerra de los Balcanes) conoció al actor y guitarrista Jacob Loeb. Ella acababa de finalizar sus estudios en la universidad de Nueva York y se había mudado a California para proseguir su carrera como actriz y directora. De su no corta carrera cinematógrafica podemos destacar el vídeo de «Kyoto» de Phoebe Bridgers, pero de eso no toca hablar de momento. En 2017, el bajista Fielder Thomas se une al grupo y Kills Birds se constituyen como grupo. Dos años después editan su debut homónimo, de sonidos muy cercanos al grunge.

Tras aceptar la invitación de Dave Grohl, que por entonces ya había oído hablar de las virtudes de la banda, graban su segundo trabajo con un batería de sesión en el Studio 606, en la misma mesa de sonido donde se grabó «Nevermind». «Married» se aleja ligeramente del sonido noventero y se acerca al punk, al garaje y al noise rock de una manera intrincada. Con todo el tiempo de mundo durante la pandemia, la banda no quería hacer el típico disco de punk, buscan estructuras más complejas y la composición está más meditada. Los temas, melódicos y abrasivos a partes iguales, juegan al despiste. Lo que empieza de una manera puede acabar totalmente diferente.

En ellos, Ljeti trata temas como la soledad y el dolor. Ataca a la religión, al patriarcado y relata una relación abusiva con una figura de poder. Un disco catártico e introspectivo, compuesto en tiempos convulsos como los que nos han tocado vivir recientemente.