’68 – Give one Take one (2021)

Cerrad los ojos por un momento mientras hacéis sonar el nuevo disco de ’68. Imaginaos que la pandemia ya ha pasado, se han reanudado las giras internaciones y tenéis entrada para ver a este par de bestias en directo. Es verano y la pequeña sala está abarrotada, las paredes sudan tanto como su cantante, Josh Scogin, que está dejando la americana empapada. Lo da todo, pero en ningún momento se deshace de su uniforme de trabajo mientras nos invita a cantar «Step aside and let the audience just sing along». Los temas son pegadizos, el ritmo más contagioso que cualquier coronavirus y el público, que lleva muchos meses sin poder disfrutar de música en directo entra en trance y canta. Nikko Yamada aporrea la batería como un poseso y se le nota que viene de la escuela del jazz. Nos hace olvidar por completo a su predecesor y ya es una pieza fundamental en este motor de explosión.

Suena un riff de los Stooges mientras tocan «Nickels And Diamonds». Su mezcla de blues sucio y descarnado, y esa actitud punk nos recuerda a Jon Spencer. Todo transpira autenticidad, el grupo disfruta del momento. Si algo hemos aprendido en los últimos meses es que todo se puede ir a la mierda cuando menos te lo esperas. Los temas son variados y salvajes, como en el disco. Ya se encargó Nick Raskulinecz de que mantuvieran el espíritu del directo. Da la sensación que serían capaces de dinamitar cualquier escenario, ya han compartido cartel con bandas como Stone Sour o Underoath. No se achantan, Scogin conoce bien el terreno desde sus años en The Chariot y Norma Jean.

Me imagino que esto es lo que debieron sentir los que vieron tocar a Marty McFly en el baile de la Hill Valley High School, ¿no os gustaría estar en ese concierto?