Sin embargo, los comandados por Ozzy Osbourne nunca fueron los únicos en explorar las texturas más densas y oscuras del rock&roll; el hard rock era ya una realidad, así como bandas de todo el mundo se adentraban a las profundidades más pesadas del espectro de la psicodelia. Bandas como T2, Wishbone Ash, los pioneros Blue Cheer y Coven, y progresivos como Atomic Rooster revolucionaron el panorama musical de los últimos …˜60s y tempranos …˜70s con su increíble interpretación de estas ideas, e incluso bandas latinoamericanas del rock primigenio como Los Gatos (ahora de la mano del virtuoso Pappo) comenzaban a experimentar con mayores cantidades de fuzz y de graves. Lo heavy se convertía en una fuerza global.
Los países escandinavos, notables por su manera única de absorber influencias externas y crear algo propio al mismo tiempo, no eran excepción. De esta camada de talentos surgen Terje, Jesper & Joachim, un power trio danés que nada le pide a los triunviratos más famosos de la época. Su música es una síntesis de la era, con el blues al frente del discurso, pero con un poderío sonoro innegable, y las habilidades de la jam band más lisérgica que puede existir.
A la guitarra está Terje Bandholdt, bastante hábil en las 6 cuerdas, con una forma de solear que tiene un poco de Hendrix, algo más de Clapton y bastante de Randy Holden, pero que tiene como herramienta más importante un enfoque basado en la fuerza de sus riffs. Su construcción de fraseos groseros pero pegajosos le da una fluidez criminal a su estilo, con un evidente conocimiento del blues de Chicago e incluso el jazz fusión.
Joachim Ussing, por su parte, es un bajista que parece un gemelo espiritual de Geezer Butler, con un sonido ominoso en sus graves, y que fluye de manera perfecta con Bandholdt en los arreglos. En la batería, Jesper Schmidt es una bestia salvaje, ofreciéndonos un frenesí rítmico que suena como el hijo perdido de Mitch Mitchell y Paul Whaley. Su manera tan contundente de llevar a cabo sus remates le dan una dimensión extra a la guitarra, a la vez que reafirma la textura pesada de los bajeos de Ussing.
Por desgracia, este trio solo tiene este disco homónimo en su haber, después de una amarga disolución en 1972. La breve carrera de estos daneses nos deja con la interrogante de qué más hubiesen aportado al mundo del hard rock, pero lo que sí que han brindado es un álbum sólido que nos muestra de gran manera cómo es que se vivía la música heavy en las tierras del Norte.