Bad Mongos – Shoot the bullet (2016)

Visto lo visto con este retorno de los Bad Mongos, a los que he de reconocer que no conocía absolutamente de nada (es lo que tiene ser una rata barcelonesa, nos creemos que el mundo se acaba cruzado el río Besòs), esta gente creció escuchando a los mismos grupos roqueros que servidor de ustedes. Les debió pillar la explosión roquera noventera escandinava bien de lleno, porque lo que presentan en este …œShoot the bullet… (título que ya indica por dónde tiran estos simpáticos mozalbetes, a barraca y sin pedir permiso) suena por los cuatro costados a unas cuantas de las bandas que surgieron por esa zona geográfica en la segunda mitad de los 90.

Y si hay un conjunto de los de ese grupúsculo con los que sin duda los emparentaría sería con los noruegos Gluecifer. Comparten con ellos actitud vital (siempre palante, sin frenos, muy espídico y macarra todo) y sonido (rocanroleo motörheadiano vuelta y vuelta), e incluso alguna de sus composiciones parecen versiones (me dicen que …œGot to lose… es una canción de los de Biff Malibu y me lo creo), y además ambos grupos consiguen espabilarme más que una ducha fría y un ristretto triple de los que George Clooney se mete entre pecho y espalda.

Aquí no encontraréis coartadas intelectualoides, ni canciones de amor delicado ni grandes virguerías creativas, lo que nos traen (y bien gordo) estos Bad Mongos es una colección de patadas en los cojones en forma de crudísimo punk n roll. Más que suficiente para hacer disfrutar a los garruletes amigos del rocanrol más desbocado (entre los que obviamente me encuentro).